EL ENGAÑO SATÀNICO 4.6. 2FALSAS DOCTRINAS BIENAVENTURADOS LOS DE LIMPIO CORAZONCONTINUACION…..
- LA VERDAD EN YESHÚA
- 23 jul 2019
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EL ENGAÑO SATÀNICO 4.6. 2
FALSAS DOCTRINAS
BIENAVENTURADOS LOS DE LIMPIO CORAZON
CONTINUACION…..
No obstante, en aquel grupo de fariseos había otros a los que no les parecía coherente esta forma de pensar y decían: "¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales?". Seguramente se trataba de una minoría que no se atrevía a alzar mucho la voz, y que en lugar de hacer afirmaciones tajantes, sólo se atrevían a formular una pregunta. ¿Cómo podía un hombre pecador, que no hubiera sido enviado por Dios, llevar a cabo un milagro tan asombroso como éste? Su razonamiento era el mismo que el que Nicodemo había hecho al Señor en aquella visita nocturna que encontramos en (Jn 3:2).
Así que, una vez más "había disensión entre ellos" acerca de quién era YEHOSHÙA. Unos se dejaban llevar por sus prejuicios religiosos y los otros por una lógica indiscutible.
Buscando la forma de resolver este conflicto preguntaron nuevamente al ciego: "¿Qué dices tú del que te abrió los ojos?". Es curioso que aquí no dudan de que YEHOSHÙA, al que en todo momento evitan llamar por su nombre, había hecho un milagro en el ciego. Como veremos dentro de un poco, más tarde interrogaron a los padres porque no creían que aquel hombre hubiera sido ciego. En realidad, iban de uno a otro lado buscando la forma de dar una explicación alternativa al milagro que dejara fuera a Jesús.
La pregunta que hicieron al ciego sanado ponía a aquel hombre en un serio compromiso. Él, al igual que sus padres, sabían que los judíos habían determinado que si alguien confesaba que Jesús era el Cristo sería expulsado de la sinagoga (Jn 9:22). ¿Cómo les contestaría? ¿Desacreditaría a YEHOSHÙA para evitar de este modo entrar en un conflicto con los líderes religiosos del judaísmo? Pero, ¿cómo podría negar lo que Cristo había hecho por él?
La presión que los judíos estaban ejerciendo sobre él parecía tener el propósito de sacar algo de aquel hombre que les permitiera condenar a YEHOSHÙA. Esto habría supuesto una gran victoria para ellos. Pero este hombre no iba a complacerles. Es cierto que todavía no sabía quién era YEHOSHÙA, puesto que apenas había tenido trato con él, pero había algo de lo que no tenía ninguna duda; la persona que había obrado su curación tenía que ser alguien enviado por Dios. Así que, con una fe incipiente, declaró que YEHOSHÙA tenía que ser un profeta.
Por las grandes señales que hizo YEHOSHÙA “muchos creyeron el él”. Aun entre los gobernantes hubo personas que creyeron en el Señor. No obstante, a pesar de que creían no osaban admitirlo públicamente. El temor de ir en contra de los fariseos, los que dominaban en las sinagogas, los mantenía atados y sin libertad. Preferían ser bien vistos por los hombres antes de confesar que creían en YEHOSHÙA. Creer en el Mesías era ir en contra de la corriente preponderante; era ir en contra de lo políticamente correcto; era ir en contra de los intelectuales y sabios de la época.
Y hoy día leyendo los evangelios podemos pensar e inquirir muy adentro: “Oh, esa gente era terrible; ¿cómo negaban al Señor de esa manera?” Sin embargo, ¿no hacemos nosotros lo mismo? ¿No nos hemos avergonzado de declarar que somos cristianos evangélicos en algunas ocasiones? ¿No hemos preferido por escogencia propia– pasar desapercibidos en muchos sitios? ¿No hemos dado más importancia y significado a lo que los hombres piensen de nosotros, poniendo al Señor en segundo lugar?
Si hemos caído en estos patrones de conducta, hay una sola causa y respuesta para dichas acciones: “Amamos más la gloria de los hombres que la gloria de Dios”.
Juan 12:42-43
42 Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
43 Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
Este aspecto imposibilita que nuestro corazón pueda estar limpio, LA PALABRA es quien nos limpia, pero si ella ocupa un segundo plano en nuestras vidas dicho fin pierde su eficacia.
Juan 15:3-5
3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
A su vez esto traerà como consecuencia nuestra ceguera espiritual.
Debemos recalcar algo, quienes crucifican al Mesìas eran personas con un amplio conocimiento de LAS ESCRITURAS, pero distorsionado por interpretaciones humanas de ellas.
David escribió de esta manera:
Salmos 51:10
10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
En nuestros tiempos podríamos decirlo de esta manera:
Haz de mi corazón, uno limpio a través de tu PALABRA, para que mis caminos sean rectos.
La recta interpretación de LAS ESCRITURAS nos mantendrá limpios, y asi ver claramente a DIOS en nuestros caminos.
Cuando la interpretación humana se antepone A LAS SAGRADAS ESCRITURAS difícilmente podremos ver manifestaciones de DIOS en nuestras vidas.
JUAN 14:21-24
21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
22 Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?
23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
EL ETERNO, desea manifestarse a su pueblo pero se requiere de un corazón limpio para ello, y eso solo se logra a través del ESPIRITU SANTO por LA PALABRA cuando somos obedientes a ella.
A menudo podrán comprobar que el hombre codicioso no ve ningún encanto en la generosidad. Piensa que el hombre generoso, si bien no es efectivamente un insensato, se asemeja tanto a uno que sería muy fácil confundirlos. Él mismo admira lo que se puede conseguir con facilidad; y entre más pueda conseguirlo, será más feliz. La tacañería y la opresión del pobre son ocupaciones que desempeña con deleite. Si ha llevado a cabo un trato sucio en el que hubiere sacrificado todo principio de honor, pero que hubiera resultado en su propio beneficio, se diría: "eso fue un golpe maestro"; y si se juntara con otro individuo de su calaña, él y su cómplice se reirían entre dientes de la transacción, y presumirían por el final feliz.
Sería inútil que yo intentara razonar con un hombre avariento, para mostrarle la belleza de la liberalidad; y, por otra parte, no pensaría en perder mi tiempo procurando obtener de él una opinión objetiva en cuanto a la justicia de cualquier cosa que supiera que es remunerativa.
Los hombres ven con toda claridad cuando no tienen nada que perder en ningún sentido; pero si se tratara de un asunto donde hay una ganancia involucrada, como el corazón es impuro, los ojos no podrían ver rectamente. Hay innumerables cosas que un hombre no podría ver, si ocultara una moneda de oro en cada uno de sus ojos; en esos momentos no podría ver ni siquiera al sol; y si guardara oro en sus ojos, se volvería ciego. El limpio de corazón puede ver; pero cuando la avaricia se adentra en el corazón, torna al ojo débil o ciego.
Tomen otro pecado: el pecado de la opresión. Hay hombres que nos dicen que, en su opinión, las personas que ocupan las posiciones más elevadas en la vida constituyen la verdadera belleza y gloria de la nación, y que la gente pobre debería quedarse en su lugar, porque fueron creados a propósito para que "la nobleza" pudiera ser sostenida en su exaltada posición, y para que otras personas altamente respetables pudieran acumular para sí cualquier cantidad de riqueza.
En cuanto a la idea de que los hombres necesiten más dinero por sus servicios, eso no debe ser alentado en ningún momento, según afirman estos caballeros; y si la pobre costurera trabaja arduamente y padece hambre por los escasos ingresos que recibe, no debes decir ni una sola palabra al respecto, pues existen "las leyes de economía política" que gobiernan todos esos casos, de tal forma que ella tiene que ser triturada en medio de las ruedas que abundan en esta época de las máquinas, y ¡nadie debe interferir en el asunto!
Por supuesto que un opresor no puede o no quiere ver el mal de la opresión. Si pones delante de él un caso de injusticia que es tan evidente como la nariz de su cara, no puede verlo, pues ha estado siempre bajo el engaño de que fue enviado al mundo con un látigo en su mano para arrear a la gente según convenga, ya que él es un ser grandioso, y las otras personas no son nada, aptas sólo para arrastrarse bajo sus enormes piernas, pidiéndole humildemente su permiso para existir. De esta manera, si la opresión ocupa el corazón, ciega completamente la vista, y pervierte el juicio del opresor.
En los primeros tres versículos de este capítulo 58 de Isaias vemos, una "denuncia de los caminos malvados de Israel". Entre los vv. 4 y 7 veremos "una explicación de Dios sobre su rechazo a los actos religiosos"; y entre los vv. 8-14, veremos "la preocupación de Dios por el bienestar de ellos."
Vamos a leer entonces el versículo 4, que presenta una:
Explicación de Dios sobre su rechazo a los actos religiosos
"He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como lo hacéis hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto."
Dios explicó aquí por qué no podía aceptar el ayuno de ellos. Pensaron que el ayuno les proveía una aceptación ante Dios. Leamos ahora el versículo 5:
"¿Es este el ayuno que yo escogí: que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como un junco y haga cama de telas ásperas y de ceniza? ¿Llamaréis a esto ayuno y día agradable al Señor?"
En realidad, Dios no les había mandado ese ayuno, y sus actos de adoración eran totalmente externos y no revelaban la condición del corazón.
Ésta es en gran parte la condición del cristianismo contemporáneo. No decimos que sea la condición de una determinada iglesia, porque hay congregaciones que manifiestan una vivencia espiritual real. Pero en general, hay una parte de la iglesia organizada que revela solo una forma de piedad. Continuemos leyendo el versículo 6:
"El ayuno que yo escogí, ¿no es más bien desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, dejar ir libres a los quebrantados y romper todo yugo?"
Estas palabras van al grano, al punto sensible de la realidad. Dios dijo, en efecto: "Si queréis ayunar de verdad, permitidme decir lo que hay que hacer: en vez de ayunar y exhibirse con una expresión de piedad, dejad de pecar. Dejad de cotillear. Dejad las actitudes y acciones que revelan la maldad de vuestros corazones. Demostrad vuestra fe en mí con vuestra conducta. Comenzad a ser honestos en vuestros tratos. Sed veraces en lo que decís. Y en vez de veros con ropas ásperas y cenizas, me gustaría veros limpios en vuestro interior".
Nos parece que el Señor podría interrumpir muchos cultos cristianos y decir: "Eliminemos esta forma de actuar. ¿Por qué estáis cumpliendo con estas formas de culto? No os estáis acercando a mí. No me estáis agradando. Cuando termináis este servicio religioso, os dedicáis al cotilleo, tenéis amargura en vuestro corazón, no sois éticos en vuestra conducta y estáis viviendo con una moral relajada. Pensáis que me estáis complaciendo con vuestras formalidades religiosas. Quiero que sepáis que no me estáis complaciendo. Y ése es el motivo por el cual os estoy rechazando:" Ahora, escuchemos lo que dice el versículo 7:
"¿No es que compartas tu pan con el hambriento, que a los pobres errantes albergues en casa, que cuando veas al desnudo lo cubras y que no te escondas de tu hermano?"
Ellos les estaban dando la espalda a los pobres y los necesitados. Hasta se negaron a mostrar amabilidad y amor a sus propios familiares. Su religión era tan fría como el hielo. Ellos no tenían un corazón dispuesto para seguir a Dios. Y cuando usted y yo tenemos un corazón sensible hacia Dios, usted tendrá un corazón sensible para las demás personas. Usted querrá ser de ayuda y bendición para la gente, y usted no puede tener odio, rencor, y al mismo tiempo pretender defender la doctrina Bíblica básica. Toda esta crítica y toda esta falta de amor evidente en el día de hoy, causa daño a la causa de Cristo. Isaías dejó aquí un mensaje elocuente para nosotros.
Dios le dijo a aquel pueblo que Él no quería lo que ellos consideraban adoración, porque la estaban expresando sólo con las formas. Estaban representando una especia de parodia de la relación con Dios. Les dijo que quizás ellos estaban disfrutando con esa conducta, pero ésta les iba a resultar una carga y que acabarían cansados al tratar de mantener ante el mundo una apariencia, una fachada. Dios les dijo: "Sed puros. Demostrad en vuestras vidas que tenéis una realidad":
Aquí vemos por qué Isaías no era popular. Usted nunca encontrará a los que ven con relativismo la veracidad de la Biblia exponiendo esta parte de las Sagradas Escrituras. A ellos les agrada dirigirse hacia el Sermón del Monte y elegir allí algunos versículos, como por ejemplo el de Mateo 5:7, que dice: "Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión". Esto está muy bien, pero lo importante es que usted confiese su pecado a Dios y permita a Cristo vivir Su vida a través de usted. La religión puede llegar a ser hoy una gran forma de encubrimiento. ¡Cuánto necesitamos una relación personal con Cristo!
Llegamos ahora a un párrafo en el cual veremos que Dios quiere que Su pueblo se vuelva a Él de una manera real. Leamos el versículo 8, que da comienzo a este párrafo, que hemos titulado:
La preocupación de Dios por el bienestar de ellos
"Entonces nacerá tu luz como el alba y tu sanidad se dejará ver en seguida; tu justicia irá delante de ti y la gloria del Señor será tu retaguardia." Dios no podía manifestar Sus bendiciones y gloria a una gente que practicaba su religión de una manera tan deficiente. Ésta es una de las razones por las que el mundo de hoy no está convencido que Dios se encuentra en Su santo templo, el mundo está dejando de lado a la iglesia. ¿Por qué? Porque la gente no cree que Dios está allí. Y, puede que ellos tengan razón. Dios dijo aquí: "No puedo manifestarme a Mí mismo a causa de vuestras vidas". ¡Cuántos de nosotros estamos bloqueando el camino! Se cuenta que cuando Alejandro Magno regresó de una de sus exitosas campañas, quiso ver a su antiguo maestro Aristóteles, el gran filósofo griego. Se dio la circunstancia que cuando Alejandro llegó, Aristóteles estaba tomando un baño. Alejandro Magno entonces le contó como iba su campaña y después le preguntó: "¿qué puedo hacer por usted?" El anciano filósofo no quedó bien impresionado por este joven presuntuoso y continuó con su baño. De modo que Alejandro Magno repitió su pregunta diciendo: "¿qué puedo hacer por usted"? Finalmente, Aristóteles respondió: "Bueno, puedes apartarte a un lado para dejar pasar mi luz". Muchos de nosotros quizás le estamos diciendo a Dios: "¿Qué podemos hacer por ti?" Y, creemos que Dios nos está diciendo que no nos interpongamos, que no seamos un obstáculo para Su luz. Permitamos que Su luz brille a través de nosotros. Y esto es lo importante. En el versículo 9, de este capítulo 58 de Isaías, leemos lo siguiente:
"Entonces invocarás, y te oirá el Señor; clamarás, y dirá él: ¡Heme aquí! Si quitas de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador y el hablar vanidad"
Cuando éramos niños y en la oscuridad de la noche llamábamos a nuestra madre, teníamos la tranquilidad de saber que ella se encontraba muy cerca. Por ello, es un verdadero consuelo saber que cuando nos dirigimos a Dios en oración Él se encuentra cerca, escuchándonos. Es como si Él nos dijera: "Aquí estoy. De ahora en adelante todo depende de ti. Si tu vienes en el nombre de mi Hijo, haces un pedido que coincide con mi Voluntad, y tu corazón es puro, actuaré en consecuencia respondiendo tu oración". Así que, cuando tenemos oraciones que no están siendo contestadas, la causa somos nosotros mismos. En el versículo 10, de este capítulo 58 de Isaías, leemos:
"Si das tu pan al hambriento y sacias al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz y tu oscuridad será como el mediodía."
Dios les pidió a ellos que practicaran una cosa específica para que Él los pudiera bendecir. Él seleccionó sólo una cosa. Él podía haber buscado una docena de acciones para que realizaran, pero sólo eligió una. Dios prometió bendecirles si ellos demostraban pureza en sus actos. Y en el versículo 11, dijo:
"El Señor te pastoreará siempre, en las sequías saciará tu alma y dará vigor a tus huesos. Serás como un huerto de riego, como un manantial de aguas, cuyas aguas nunca se agotan."
Aquí tenemos la hermosa promesa de la bendición que Dios quería derramar sobre ellos. Dios quería bendecirles. Ahora, en el versículo 13, leemos:
"Si retraes del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamas delicia, santo, glorioso del Señor, y lo honras, no andando en tus propios caminos ni buscando tu voluntad ni hablando tus propias palabras"
Dios le dio el sábado o día de reposo a la nación de Israel. Y les dijo, como vemos en Éxodo 31:17, "Para siempre será una señal entre mí y los hijos de Israel". Sería interesante que usted leyera la totalidad del pasaje de Éxodo 31:12-18. Dios se concentró en algo específico que Él les había mandado como pueblo.
"Entonces te deleitarás en el Señor. Yo te haré subir sobre las alturas de la tierra y te alimentaré con la heredad de tu padre Jacob. La boca del Señor lo ha hablado."
Dios quería escuchar sus oraciones y quería bendecirles. Él quería abrir las ventanas de los cielos y derramar Sus bendiciones sobre ellos. Pero sus corazones no estaban abiertos para recibirlas. Nosotros decimos a veces que nuestras oraciones no están siendo contestadas. ¿Por qué? ¿Es acaso porque Dios no quiere contestarlas? No, amigo oyente. El problema es que nuestros corazones no están abiertos para recibir la bendición que Dios realmente quiere darnos. Él dice: "En el momento en que tú clamas a mí, yo diré ¡aquí estoy!".
La impureza de corazón les había Cegado y esta ceguera se mantuvo en tiempos de YEHOSHÙA, por ello no le reconocieron, ni pudieron ver al PADRE en EL .
CONTINUA…………
NOS VEMOS EN EL PREÀMBULO DE LAS BODAS DEL CORDERO VESTIDOS DE LINO FINO RESPLANDECIENTE…….
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