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EL MENSAJE A LAS 7 IGLESIAS. 1ERA PARTE YESHÚA EL PROFETA

  • LA VERDAD EN YESHÚA
  • 8 ene 2019
  • 9 Min. de lectura

EL MENSAJE A LAS 7 IGLESIAS. 1ERA PARTE

YESHÚA en su primera venida cumplió el rol del profeta declarado por Moisés,

Un profeta como tú les levantaré en medio de sus hermanos; pondré mis palabras en su boca y él les dirá todo lo que yo le mande" (Deuteronomio 18:15, 18).

Debido a que Dios hablo directamente al profeta, hacer caso omiso de esa palabra llevaría a un juicio divino (Deu. 18:19). "Más a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta." Los que escuchan, así como aquellos que optan por no escuchar las palabras se toman como responsables.

¿Cómo podría la gente distinguir entre los verdaderos y los falsos profetas? Moisés les dio a ellos, y a nosotros, una prueba sencilla en 18:20-22. "Si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él" (Deut. 18:22).

Las palabras del profeta tenían que estar de acuerdo con lo que Dios ya había revelado. La verdadera palabra profética no iba a contradecir lo que Dios ya había hablado. Esta es la razón por la que la Escritura es su propio y mejor comentario. El falso profeta sería descubierto por el hecho de que su mensaje no seguiría lo que Dios ya había revelado en el pasado. La segunda prueba es que la verdadera profecía sucederá. La verdad de la palabra hablada y escrita se encuentra en su realización histórica. En el transcurso del tiempo en el ministerio de un profeta, el carácter de profeta como portavoz auténtico de Dios claramente emerge. Los falsos profetas serían descubiertos por sus propias predicciones incumplidas (Deut. 18:21-22).

Después de la muerte de Moisés, grandes cambios tendrían lugar en Israel. Conocer la voluntad de Dios era imperativo para que el pueblo de Dios mantuviera su comunión con Él. Es alentador que Moisés prometió que Dios enviaría a un profeta (18:15-18). La gente discerniría entre los profetas verdaderos y los falso profetas (Deut. 18:19-22), y no tendrían la necesidad de acudir a dichos superficiales y falsos. El pueblo encontraría en Israel una palabra segura de YEHOVÁH. El Señor dijo que enviaría un profeta "como Moisés." Él se asemejaría a Moisés en el respeto y el liderazgo. Él actuaría como mediador entre YEHOVÁ y su pueblo. Él daría a conocer la voluntad del SEÑOR.

La expectativa del Mesías no era desconocida para Moisés, ni para Israel en su tiempo. El llamado de este profeta ideal sería perfectamente igual como fue el de Moisés. Se llevaría a cabo Su función profética de la misma manera de Moisés.

YESHÚA fue un profeta que a veces dijo al pueblo que ellos hacían cosas que estaban mal. Hay un relato en la Biblia (Marcos 11:15-18) que nos cuenta de una situación donde Jesús habló en contra de los líderes de ese tiempo. Así lo leemos de la Biblia: “Vinieron pues, a Jerusalén; y entrando YESHÚA en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno. Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Más ustedes la han hecho cueva de ladrones. Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su enseñanza.” EL se paró en la brecha creada por los líderes religiosos a llamar a sus ovejas, ellas a oírlo atendieron a sus llamado. A menudo, YESHÚA hizo predicciones acerca del futuro durante su tiempo sobre la tierra, lo que iba ocurrir debido a la negativa de los líderes religiosos a atender el llamado del PROFETA. El predijo que algunos de sus amigos lo traicionarían y que el templo en Jerusalén sería destruido. También habló acerca de su muerte y resurrección. Lo dijo en detalle. Él sabía que moriría a manos de los líderes judíos y que volvería a la vida al tercer día. (Lucas 9:22). Estas son las palabras exactas como Él las dijo: “Es necesario que el Hijo del Hombre, padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día.”

Ninguno de los profetas hebreos era igual a Moisés. Cada uno de ellos edificados sobre el fundamento de Moisés y la ley.

Mediante la iluminación del Espíritu Santo, Moisés sabía que en algún momento futuro, una persona real, en cierto sentido, el único profeta aparecería. Ese profeta es Jesucristo. De hecho, todos los profetas hebreos esperaban con interés la llegada de los días de Cristo. Un individuo, un segundo Moisés sería el representante de todos los profetas por excelencia.

¿Qué hace a YESHÚA un profeta como Moisés?

Al igual que Moisés enseñaría al pueblo de Dios sobre cómo conocer la voluntad de Dios. Moisés "enseñaba" al pueblo los "estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó" (Deuteronomio 4:5). YESHÚA habló "cosas ocultas del pasado." Él estaba lleno del Espíritu del Señor con "sabiduría y entendimiento, con espíritu de consejo y de poder, con espíritu de conocimiento" para mostrar a su pueblo como "caminar por sus sendas" (Salmo 78:2; Isaías 11: 1-2; 2:3). En el comienzo de su ministerio YESHÚA visitó la sinagoga de su pueblo natal de Nazaret. El rollo que contiene Isaías 61:1-2 se entregó a Él y Él leyó en Su función profética. "El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová" (Lucas 4:16-19). YESHÚA hablaba en parábolas y la gente lo reconoció como un hombre de integridad que había venido de Dios (Juan 3:2). Al igual que Moisés, YESHÚA dio de nuevo la ley al proclamar la gran manifestación del Reino de Dios, el Sermón de la Montaña (Mateo 5-7). Pedro le preguntó: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente" (Juan 6:68-69). Sí, como más que un profeta estaba entre Su pueblo enseñándoles Su Palabra.

Como Moisés, YESHÚA predijo con exactitud los acontecimientos futuros.

Sus predicciones tienen una semejanza asombrosa de Moisés para predecir el futuro. Moisés habló de las graves consecuencias a la desobediencia (Deuteronomio 28-29) cuando el pueblo se volviera a "dioses ajenos y les sirvieran" porque sabía la intención de su corazón" (Deu. 31:20-21). YESHÚA profetizó de graves consecuencias para el templo, debido a la apostasía de la gente. "¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada" (Mateo 24:2, cf. Lucas 19:41-44; 21:24). Esta profecía de YESHÚA se cumplió literalmente en el año 70 d.C. cuando los romanos destruyeron la ciudad de Jerusalén y el Templo. Hasta el día de hoy las ruinas del templo son un testimonio de la veracidad de YESHÚA como el profeta del Señor. Él fue coherente, completo y definitivo en Su revelación. Todo lo anunciado previamente era referente a Su venida y Su muerte por nuestros pecados, y Su resurrección de entre los muertos. YESHÚA enseñó, en varias ocasiones, en el Templo y las sinagogas, "Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día" (Lucas 9:22).

Sin embargo, así como Moisés juzgo al pueblo, YESHÚA volverá como nuestro juez.

Moisés fue el Legislador y el juez (Éxodo 18). Él hizo hincapié en que aquellos a los que él delegó la responsabilidad de discernir los casos, "No hagáis distinción de persona en el juicio; así al pequeño como al grande oiréis; no tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios; y la causa que os fuere difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré" (Deuteronomio 1:17) YESHÚA dijo: "Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió" (Juan 5:22-23, cf. 2 Corintios 5:10).

Juan 9:39

39 Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.

Los contemporáneos de YESHÚA observaron y concluyeron que él era el profeta enviado por Dios. Felipe fue uno de los primeros testigos. Él dijo a Natanael: "Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas" (Juan 1:45). Incluso los samaritanos despreciados, basaron sus expectativas del Mesías con estas palabras de Moisés. "Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará (entera y completamente, de arriba hacia abajo) todas las cosas." Él es el profeta (Juan 4:25). Después de que YESHÚA alimentó a 5.000 personas ellos llegaron a la conclusión siguiente: "Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo" (Juan 6:14). El pueblo esperaba que el profeta fuera como Moisés. YESHÚA les dijo a los Judíos que lo estaban persiguiendo, "No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él" (Juan 5:45-46). Esteban reconoció a YESHÚA como el profeta de quien Moisés había hablado (Hechos 7:37). El apóstol Pedro cerró un gran sermón con una cita de Deuteronomio 18:15, 19. Él recordaba a la gente que YESHÚA es el profeta semejante a Moisés, "y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo" (Hechos 3:22-23).

Por otra parte, Dios el Padre habló desde la nube en la transfiguración de YESHÚA y dijo: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd" (Mateo 17:5). YESHÚA mismo reconoció su labor profética:

MATEO 13:57:

Y se escandalizaban de él. Pero YESHÚA les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.

LUCAS 13:31-35

Se acercaron algunos fariseos que le dijeron: «Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte».

El les respondió: «Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado. Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste! Por eso, a ustedes la casa les quedará vacía. Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan: ¡Bendito el viene en nombre del Señor!»

YESHÚA vino la primera vez a establecer las reglas del reino sobre el cual el reinaría. El vino la primera vez como EL PROFETA al cual debemos escuchar y obedecer, el hecho es que muy pocas personas le escuchan y mucho menos le obedecen. Hoy día los judíos son instruidos por los rabinos a no leer nada que tenga que ver con YESHÚA o no tendrán parte del mundo venidero. Los neo cristianos tergiversan e ignoran sus enseñanzas. El mundo las descarta plenamente. Como dijo YESHÚA: conoceréis LA VERDAD y LA VERDAD os hara libres….., libres de la religión, libres del paganismo, libres, libres de las tradiciones y mandamientos de hombres, libres para experimentar desde ya LA VIDA ETERNA.

“La revelación que el Padre le dio a Yeshúa , para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”, nos cuenta cómo la era del gobierno del hombre llegará a su fin, de modo que se cumpla lo dicho por los profetas hace miles de años, “Yo he puesto mi Rey sobre Sion…porque de Sion saldrá la Torá, y de Jerusalén la palabra de Yehováh” ¡Aleluya.

YESHÚA le dijo a Juan que lo revelara como El es ahora, no como un bebe en un pesebre, no como una oveja frente a sus esquiladores, sino como EL JUEZ GOBERNANTE sobre toda la tierra, EL MESIAS en todo su poder, gloria y autoridad. YESHÚA dijo a Juan que escribiera a sus siervos las cosas que debian suceder pronto, y que marcarían el inicio de la era mesiánica del fin de los tiempos, esta es la revelación de YESHÚA como el MESIAS.

Apocalipsis 1: 8

8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, El Todopoderoso.

YESHÚA ya no es un bebe en un pesebre, EL hizo la voluntad del PADRE y ahora todo poder, dominio y autoridad han sido puestos en sus manos. EL reinará hasta acabar con todos los reinos terrenales y llevar todas las naciones a sumisión a la autoridad del CREADOR del universo.

Apocalipsis 1:8-11

8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

9 Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.

10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,

11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.

NOS VEMOS EN EL PREAMBULO DE LAS BODAS DEL CORDERO CON VESTIDURAS RESPLANDECIENTES.

 
 
 

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