¿EN REALIDAD ES MEJOR OBEDECER A DIOS ANTES QUE A LOS HOMBRES? Capitulo 3
- LA VERDAD EN YESHÚA
- 1 abr 2020
- 10 Min. de lectura
¿EN REALIDAD ES MEJOR OBEDECER A DIOS ANTES QUE A LOS HOMBRES? Capitulo 3
¿que margen de posibilidad tiene el profeta para añadir o quitar al mensaje divino? ¿que margen para manipular? ¿que margen para cuestionar o reemplazar la voluntad revelada de DIOS?
¡La respuesta en simple, no existe las mas mínima posibilidad!
Deuteronomio 4:1-21 Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da.2No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordenoDeuteronomio 12:3232 Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarásProverbios 30:66 No añadas a sus palabras, para que no te reprenda,
Y seas hallado mentiroso.La mayoría de las Biblias de estudio y hablo de por lo menos hace 35 años que pude ver una por primera vez, tienen las siguientes notas: “heb.oscuro” “otros omiten” “variante” “el griego” “otros manuscritos”, y otras muchas notas semejantes. ¿Que nos indica esto?, simplemente que no debemos irnos de las primeras para interpretar ese versículo o pasaje, por años hemos sido irresponsables al respecto, interpretando pasajes de esa naturaleza sin el debido estudio. El resultado, doctrinas que nada tienen que ver con el contexto y el propósito revelado del PADRE.NASB (ACTUALIZADO) TEXTO: 12:8-128De ninguna manera haréis lo que hacemos aquí hoy, que cada cual hace lo que le parece bien a sus propios ojos; 9 porque todavía no habéis llegado al lugar de reposo y a la heredad que el SEÑOR vuestro Dios os da. 10 Cuando crucéis el Jordán y habitéis en la tierra que el SEÑOR vuestro Dios os da en heredad, y El os dé descanso de todos vuestros enemigos alrededor de vosotros para que habitéis seguros,
No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido (Mateo 5:17-18)En cada aspectode Su vida en la Tierra, YEHOSHUA puso gran énfasis en las Escrituras. Desde una edad temprana, las estudió seriamente (Lucas 2:40-52); y durante Su ministerio, apeló a ella para responder las preguntas de la gente (Mateo 19:3-9,16-22; 22:29-33; Lucas 18:31-33). Usó las Escrituras cuando predicó en las sinagogas (Lucas 4:14-21), cuando enseñó a Sus discípulos (Lucas 24:25-46), y cuando reprendió a los que estaban en error (Mateo 21:12-17; 15:1-9; 26:54). Dependió de las Escrituras cuando fue tentado en el desierto (Mateo 4:1-11), cuando fue arrestado en el huerto (Marcos 14:48-49), y cuando murió en la cruz (Mateo 27:39-43). Si YEHOSHUA, Quien tuvo toda potestad (Mateo 28:18), puso gran énfasis en las Escrituras, ¿no deberíamos nosotros hacer lo mismo?Las cosas pequeñas también pueden tener importancia. En referencia a las Escrituras, YEHOSHUA declaró que ni una jota (la letra más pequeña en el alfabeto hebreo) ni una tilde (una marca pequeña) pasarían de la ley sino hasta que todo se cumpliera. Estos trazos pequeños pueden marcar gran diferencia en el significado de las palabras hebreas. Si se omite la “jota” de una palabra hebrea, esta puede cambiar de “casa” a “hija”. Si se coloca una tilde en el lugar equivocado, una palabra puede cambiar de “alabar” a “herir” o de “proteger” a “destruir”. YEHOSHUA dio la garantía del Cielo de que la Palabra había sido preservada y seguiría siendo preservada de la corrupción hasta que su propósito se hubiera cumplido. YEHOSHUA también mostró aquí que el Cielo pone atención a los detalles cuando se trata de las Escrituras. Cuando leemos la Palabra de Dios, necesitamos poner atención a estos detalles. Por ejemplo, cuando YEHOSHUA lidió con los saduceos en cuanto a la resurrección, señaló las palabras de Dios a Moisés: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob” (Mateo 22:32; cf. Éxodo 3:6). YEHOSHUA argumentó que, ya que Dios habló de los patriarcas en el tiempo presente aun cuando ellos ya habían muerto, entonces la conclusión es que ellos estaban vivos en algún lugar. Podemos concluir según el argumento de YEHOSHUA que debemos poner atención al tiempo de los verbos que la Escritura usa (vea también Romanos 4:17-22).Adicionalmente, el número de los sustantivos o pronombres puede marcar diferencia. Pablo habló del número singular de una palabra: “Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo” (Gálatas 3:16; cf. Génesis 22:18). Pablo afirmó con esto que Dios usó “simiente” en singular en vez de plural (“simientes”) ya que la referencia era a Cristo. Ya que YEHOSHUA dijo a Pedro, “sobre esta roca edificaré mi iglesia” (Mateo 16:18), ¿cree que es importante el hecho que YEHOSHUA dijo “iglesia” en vez de “iglesias”?Cuando leemos y estudiamos la Palabra de Dios, debemos emplear sumo cuidado para usarla correctamente (2 Timoteo 2:15), teniendo en cuanto que los detalles importan. Ninguna literatura sin inspiración puede jactarse de profundidad más grande que de la Biblia. Si el Cielo consideró adecuado preservar las pequeñas jotas y tildes, entonces nosotros debemos considerar cada palabra seriamente y tratar de entender cómo puede instruirnos y cómo podemos aplicarla en la vida.
Los escribas en el antiguo Israel eran hombres sabios cuyo trabajo era estudiar la ley, transcribirla y escribir comentarios de la misma. Ellos a veces eran contratados, cuando se presentaba la necesidad de un documento escrito o cuando se requería una interpretación de un asunto jurídico. Esdras, era un "escriba diligente en la ley de Moisés" (Esdras 7:6).
Los escribas tomaban seriamente su trabajo de preservar la escritura; copiaban y volvían a copiar la biblia meticulosamente, incluso contando letras y espacios para asegurarse de que cada copia fuera correcta. Podemos agradecer a los escribas judíos por preservar las porciones del antiguo testamento de nuestras biblias.
Los judíos se volvían cada vez más conocidos como "el pueblo del libro", debido a su estudio fiel de las escrituras, particularmente de la ley y cómo había que seguirla. En la era del nuevo testamento, a los escribas muchas veces se les relacionaba con la secta de los fariseos, aunque no todos los fariseos eran escribas (ver Mateo 5:20; 12:38). Los escribas eran maestros del pueblo (Marcos 1:22) e intérpretes de la ley. Eran ampliamente respetados por la comunidad debido a sus conocimientos, dedicación y su apariencia externa de guardar la ley.
Sin embargo, los escribas iban más allá de la interpretación de LAS ESCRITURAS, y añadieron muchas tradiciones humanas a lo que Dios había dicho. Ellos se convirtieron en profesionales en explicar la letra de la ley, ignorando el espíritu detrás de ella. Las cosas empeoraron tanto, que las regulaciones y las tradiciones que los escribas añadieron a la ley, se consideraron más importantes que la propia ley. Esto dio lugar a muchos enfrentamientos entre Jesús, los fariseos y los escribas. Al inicio del sermón del monte, YEHOSHUA conmovió a Su audiencia declarando que la justicia de los escribas no era suficiente para hacer que alguien llegara al cielo (Mateo 5:20). Así que, una gran parte del sermón de YEHOSHUA trató con lo que le habían enseñado al pueblo (por los escribas) y lo que Dios realmente quería (Mateo 5:21-48). Hacia el final del ministerio de YEHOSHUA, Él condenó totalmente a los escribas para su hipocresía (Mateo 23:22). Ellos conocían la ley, la enseñaron a los demás, pero no la obedecieron.
En verdad, el propósito original de los escribas era conocer, preservar la ley y alentar a otros a que la guardaran. Pero las cosas salieron muy mal cuando las tradiciones humanas eclipsaron la palabra de Dios y la pretensión de la santidad reemplazó una vida de verdadera piedad. Los escribas, cuyo objetivo era conservar la palabra, realmente la anularon por las tradiciones que ellos habían transmitido (Marcos 7:13).
¿Cómo se desviaron tanto las cosas? Probablemente porque los judíos, después de sobrevivir a siglos de persecución y esclavitud, se aferraron al orgullo de mantener la ley y cómo ésta los selló como el pueblo escogido por Dios. Los líderes religiosos en el tiempo de YEHOSHUA, ciertamente tuvieron una actitud de superioridad (Juan 7:49), a la cual YEHOSHUA se oponía (Mateo 9:12). El problema más grande era que los escribas en el fondo eran hipócritas. Ellos estaban más interesados en mostrar una buena apariencia a los hombres y no en agradar a Dios. Eventualmente, fueron estos mismos escribas los que jugaron un papel importante en el arresto y crucifixión de YEHOSHUA (Mateo 26:57; Marcos 15:1; Lucas 22:1-2). La lección que todo cristiano puede aprender de la hipocresía de los escribas, es que Dios quiere mucho más que los simple actos externos de justicia. Él quiere un cambio interno de corazón que continuamente se rinde en amor y obediencia a Cristo, ese debe ser siempre el propósito de todo el que pretenda hablar en nombre de Dios. Añadir o quitar a LAS ESCRITURAS seguramente nos desviará de ese propósito y nos alejara de las verdades bíblicas.
A pesar de la presunción de los escribas al interpretar LAS ESCRITURAS, no cualquiera podía cumplir con este oficio.
La Torá, o primeros 5 libros de la Biblia (Génesis-Éxodo-Levítico-Números-Deuteronomio) se leen en todas las sinagogas del mundo del llamado Sefer Torá o Rollos de La Torá, que es una virtuosa pieza de artesanía escrita a mano. En esta oportunidad explicaré quién la prepara y cómo se escribe.
El escriba: es llamado “sofer” (escriba). Para ser sofer se requiere de entrenamiento, estudio minucioso y habilidad en la caligrafía. No es necesario que el sofer sea rabino o viceversa. En su escritura, no puede simplemente confiar en su memoria, ya que La Torá contiene 304.805 caracteres y lleva muchos meses de trabajo. El sofer debe concentrarse con intensidad durante su tarea, y con devoción especialmente cuando escribe el nombre de Dios.
El pergamino: La Torá se escribe sobre un cuero que requiere de una preparación especial, de modo que termina siendo como un lienzo muy fino. El sofer traza sobre ese cuero una serie de líneas a modo de renglones casi imperceptibles. Una vez finalizada la escritura, cose cada pergamino con tendones disecados de animales, de manera que formará un largo rollo.
La tinta: se utiliza una tinta vegetal, mezcla de savias, miel y alquitrán que le da el tono negro. La tinta se transforma en un objeto indeleble.
La pluma: se escribe con una de ave y se utiliza un tintero. Jamás se utiliza una pluma de metal.
La caligrafía: existen muchas formas de letras hebreas, pero la única aceptada para la escritura del rollo de La Torá es la denominada “escritura asiria”. Las letras deben ser todas de la misma talla, sin borrones ni decoraciones adicionales a las estrictamente permitidas. Cualquier ilustración está absolutamente prohibida. Si se añade o se quita una letra, el texto es inhibido de su uso congregacional.
Se relata que cuando Dios le entregó La Torá a Moisés en el Monte Sinaí, no le dictó sólo palabras sino códigos. Por eso, agregan los maestros, cada letra tiene en su forma y contenido un secreto y un sentido. La ausencia de alguna de ellas es como alterar el plan divino. De ahí, la puntillosa insistencia por la perfección de la escritura y su preparación. Pero de todos modos amerita destacar que muchos creen que el rollo tiene un poder sagrado. La sacralidad radica en su mensaje y no en su formato.
Para la mayoría de los cristianos, una lista de los hombres más reconocidos de la Tanaj (Génesis a Malaquías) debe incluir personas como Moisés el Legislador, David el Rey, Abraham el Padre de judíos y cristianos, además de los profetas Isaías y Jeremías. Algunos podrían incluir a Nehemías, copero del rey de Babilonia y reconstructor de los muros de Jerusalén, pero pocos incluirían a Esdras. Aunque el libro que lleva su nombre narra la historia de su liderato y amor por Dios y la Torá (Génesis a Deuteronomio), no parece ser lo suficientemente importante para estar en la lista de los destacados.Pero para los judíos que aman las Escrituras, lo opuesto es cierto. En su lista de los grandes, Esdras está entre los primeros. Se dice que su importancia en la historia judía está casi a la par con el Rey David. Incluso, el judaísmo enseña que si Dios no hubiera dado la Torá al pueblo judío por medio de Moisés, lo hubiera hecho por Esdras.Por lo tanto, ¿quién era ese hombre y cuáles fueron sus contribuciones al reino de Dios que lo hiciera tan respetable en la historia y para la fe de los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob? ¿Qué tipo de vida llevó que lo ubicara casi a la misma estatura de Moisés, el individuo más reverenciado en los anales del judaísmo? ¿Y qué podemos aprender de su vida, su valentía como líder, las Escrituras que registró, y su inconmovible y apasionada entrega al Señor y Su Palabra?Arrancados de su Tierra, faltos de un Templo y carentes de sus libertades, los cautivos tornaron sus corazones a Dios y clamaron a Él por redención, una redención prometida pero que tardaría muchas décadas en llegar. Mientras esperaban, era esencial que volvieran su mirada al fundamento mosaico y que se aferraran a las promesas del Pacto de Dios para que no desapareciesen como pueblo. Pero con el paso del tiempo, nuevamente se volvieron complacientes. Aunque la vida en Babilonia no era ideal, sus memorias de Judá y Jerusalén palidecían y su celo por Dios también disminuía. Zorobabel, un príncipe de Judá en Babilonia, logró conmover los corazones de los cautivos por un tiempo, recordándoles de las promesas de Dios. Partió hacia Jerusalén con 10,000 de sus hermanos quienes, a pesar de grandes dificultades, comenzaron la reconstrucción del Templo. Pero eventualmente se cansaron de la constante oposición y abandonaron el proyecto. «Entonces cesó la obra en la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y quedó suspendida hasta el año segundo del reinado de Darío, rey de Persia.» (Esdras 4:24).Dios necesitaba un hombre muy especial para ser Su mensajero de liberación al pueblo judío: un hombre de pasión e integridad, de carisma que pudiera conmover los corazones de los exiliados, y un hombre de sabiduría que pudiera inspirar a los judíos de Babilonia para que amen y sirvan al Señor. Ese hombre era Esdras.El padre de Esdras, Seraías, y su madre estuvieron entre los cautivos llevados a Babilonia, y él nació en el exilio. Era miembro de la familia sacerdotal, descendiente de Zadoc, Finees, Eleazar y Aarón, y era nieto de Hilcías, sumo sacerdote cuando Josías fue rey de Judá. Claramente, su familia tenía gran conocimiento sobre la Torá y las tradiciones de sus padres, enseñadas por el propio Moisés. Esdras fue criado para amar y temer a Dios, procurar la rectitud y permanecer fiel al Señor a pesar de los retos en la Diáspora. Su vida también fue profundamente afectada por su maestro, Baruc ben Nerías, quien fue escriba y ayudante al profeta Jeremías. Era un hombre de vasta experiencia y estudio, influenciado por la pasión de Jeremías hacia el Santo Dios.El libro que lleva el nombre de Esdras nos narra que, a medida que crecía, hallaba su fuerza espiritual en la oración y el ayuno. La mano de Dios estaba con él porque era un hombre juicioso y de sólidos principios, quien enfrentaba firmemente el pecado y la maldad. Tenía un amor apasionado por la Palabra de Dios, dedicado no sólo a estudiarla, sino también a enseñarla a otros.Esdras sabía que su pueblo perecería si se alejaba de la Torá, y se dedicó a la preservación de la misma. Como sacerdote, escriba y líder religioso, su influencia no tan sólo impactó el judaísmo de su tiempo, sino que lo cambió para toda la historia. Nada era más importante que reavivar el amor por Dios y Su Palabra. Con ese fin, Esdras supervisó el establecimiento del sistema de yeshivot (academias de estudio de la Torá) en todas las comunidades judías de la diáspora. Su fiel y minuciosa enseñanza le ha dado el lugar histórico de haber sido quien removiera el monopolio que poseía el sacerdocio de las Escrituras y las pusiera en manos y corazón del pueblo. Continua.........
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