top of page
Buscar

ENGAÑO SATÁNICO PARTE 5. 3. 6 continuación…. YEHOSHUA Y LAS ESCRITURAS. EL PARALITICO DE BETESDA.

  • LA VERDAD EN YESHÚA
  • 23 sept 2019
  • 12 Min. de lectura

ENGAÑO SATÁNICO PARTE 5. 3. 6 continuación….

YEHOSHUA Y LAS ESCRITURAS. EL PARALITICO DE BETESDA. YEHOSHÙA explica su relación con el Padre.

2. La Voluntad de Dios Respecto a Sus Mandamientos

Ahora bien, el otro significado de la “voluntad de Dios” en la Biblia se refiere a lo que llamamos sus mandamientos. La voluntad de Dios es lo que él nos manda a hacer. Esta es la voluntad de Dios que nosotros podemos obedecer o dejar de hacer. La voluntad de Dios respecto a su decreto la cumplimos, creamos en ella o no. Pero respecto a sus mandamientos es posible que fallemos y no los cumplamos. Por ejemplo, YEHOSHÙA dijo: “No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). No todos hacen la voluntad de su Padre. Así lo dice YEHOSHÙA: no todos entrarán en el reino de los cielos ¿Por qué? Porque no todos hacen la voluntad de Dios.

YESHOSHÙA describe gente que aparenta cumplir un gran ministerio. Esta gente no solo le llama a YEHOSHÙA ‘Señor,’ sino que también logra hacer actos espectaculares en el nombre de YEHOSHÙA. Ellos profetizan, expulsan demonios, y cumplen grandes hazañas por la causa de Cristo. Pensamos, por ejemplo, de los evangelistas de la televisión – actores que les dicen a minusválidos que tiren sus muletas para el beneficio de la cámara – venden pañuelos de oración para sacar dinero – su tiempo televisivo es dedicado más a la recaudación de fondos que al ministerio – explotan a los vulnerables por motivos personales.

Es de destacar que, para ser un maestro en ISRAEL, era necesario ser sometido a rigurosas exigencias desde muy niño, solo los mejores podían llegar a ser maestros. ¿Cuál era el patrón sobre el cual era juzgada una persona para llegar a tan alta posición? ¡las enseñanzas talmúdicas! YEHOSHÙA, se adelanta a lo inevitable, miles de personas serán maestros de LAS ESCRITURAS INSTITUIDOS POR EL, sin tener que ser sometidos al patrón de doctrinas y mandamientos de hombres.

Pero no debemos suponer que YEHOSHÙA dirige estas palabras solo a los demás. ¿Quiénes somos nosotros para decir que gente con pequeños ministerios permanecerá exenta? ¿Es posible que YEHOSHÙA rechace a una persona que haya dedicado su vida al ministerio? ¿Es posible que YEHOSHÙA rechace un clérigo con años de experiencia, un diácono, un miembro del coro, un líder de un pequeño grupo, o el presidente de una junta? Si es así, ¿por qué? ¿Por cuál criterio se nos juzgará? ¿Cómo decidirá YEHOSHÙA si aceptarnos o rechazarnos?

La línea divisora es si hemos cumplido con la voluntad del Padre o no (v. 21). “La enseñanza del Sermón en el Monte no es para ser admirada, sino para ser obedecida” (R.T. France, citado en Blomberg, 133). Ningún título teológico ni un gran número de años de oficiar en una iglesia nos podrán salvar. Un currículo que impresionaría un comité de búsqueda pastoral no influiría al Señor con su capacidad de ver a través de las cosas – capaz de ver hasta lo más profundo de nuestros corazones espirituales.

Esto se hace evidente en el mensaje a las 7 iglesias, específicamente en el mensaje a Laodicea, un ministerio y una iglesia impresionante en apariencia, pero para YEHOSHÙA:

Apocalipsis 3:17-18

17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.

Es muy fácil ocuparnos del trabajo de la iglesia sin pararnos a pensar si de verdad estamos obedeciéndole a YEHOSHÙA – ocuparnos de programas mientras que nos olvidamos de las personas – preparar sermones mientras que nos olvidamos de orar – hacer grandes cosas en el nombre de YEHOSHÙA mientras que nos olvidamos de YEHOSHÙA – suponer que bancos llenos validan nuestro ministerio cuando el hecho es que hemos perdido contacto con el Señor.

Si cumplir la voluntad del Padre es tan importante, ¿cuál es la voluntad del Padre? Para Mateo, la voluntad del Padre es guardar LA INSTRUCCIÓN DEL PADRE según lo interpretó YEHOSHÙA. En el Sermón en el Monte, YEHOSHÙA nos dice que obediencia requiere:

Mateo 5:3-12

3 «Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. 4 Bienaventurados los que lloran, porque recibirán consolación. 5 Bienaventurados los mansos, porque recibirán la tierra por heredad. 6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. 7 Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia. 8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque verán a Dios. 9 Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios. 10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados seréis cuando por mi causa os insulten, os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.

12 »Gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que vivieron antes de vosotros.

Requiere que:

•Dejemos brillar nuestra luz (5:16); •Guardemos los mandamientos (5:17-20); •Tratemos ira y resolvamos conflictos (5:21-26); •Mantengamos relaciones matrimoniales apropiadas (5:27-32); •Hablemos honestamente sin fanfarrias ni falsos juramentos (5:34-37); •Actuemos de manera amable y generosa – hasta con nuestros enemigos (5:38-48); •oremos y demos en secreto (6:1-6); •Perdonemos (6:14-15); •Busquemos primero el reino de Dios (6:24-34); •Nos abstengamos de juzgar según las apariencias (7:1-5).

En la continuación de este Evangelio, YEHOSHÙA ofrece más información de la voluntad de Dios. Hemos de mostrar misericordia (9:13); decir la palabra que Dios nos da hasta en circunstancias adversas (10:19-20); cuidar a los pequeños y buscar y salvar a los perdidos (18:10-14); resolver conflictos (18:15-17); preservar justicia, misericordia, y fe (23:23); alimentar al hambriento, dar de beber al sediento, dar la bienvenida al extranjero, vestir al desnudo, visitar al prisionero (25:31-46); y hacer discípulos de todas las naciones (28:16-20).

Esto nos hace pensar de la salvación por medio de obras. ¿Somos salvados por lo que YEHOSHÙA ha hecho, o por lo que nosotros hacemos? Sería fácil malinterpretar el requisito de YEHOSHÙA de hacer la voluntad de Dios. YEHOSHÙA no defiende la salvación por medio de obras sino la fe autentica que rinde buenos frutos – que nos impulsa a actuar de acuerdo con la voluntad de Dios – que nos guía hacia la acción leal.

“En aquel día” (v. 22) se refiere al Día del Juicio.

En v. 23 YEHOSHÙA advierte que repudiará cualquier relación con la anomia, que la NRSV traduce como “obradores de maldad.” Anomia viene de la palabra griega para ley (nomos). La “a” con la que empieza la palabra reversa el significado, entonces, anomia significa “sin ley” – el rechazo de LAS INSTRUCCIONES DEL PADRE según fue interpretado por YEHOSHÙA.

YEHOSHÙA hace especial énfasis cuando sana al paralitico de Bethesda, que su relación con el PADRE se basaba en lo determinado por el PADRE, es decir su voluntad. Esta voluntad fue distorsionada por las interpretaciones humanas y tradiciones rabínicas. Los maestros de Israel se alejaron de ella al poner en primer lugar mandamientos de hombres y su interpretación conveniente.

Pablo dice en 1ra a los Tesalonicenses 4:3: “Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual”. Aquí tenemos un caso muy específico de lo que Dios nos ordena: santidad, santificación, pureza sexual. Aquí tenemos su voluntad en cuanto a sus mandamientos. Pero, ¡hay tantos que no la obedecen!

Luego, en 1ra a los Tesalonicenses 5:18, Pablo dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús”. Aquí tenemos, nuevamente, un aspecto especifico de la voluntad de Dios respecto a sus mandamientos: dad gracias en todo. Pero muchos no cumplen esta voluntad de Dios.

Un Ejemplo más: “Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él?” (1ra de Juan 2:17). No todos permanecen en el amor de Dios por siempre. Algunos lo hacen. Otros no ¿A qué se debe esta diferencia? A que algunos hacen la voluntad de Dios y otros no. La voluntad de Dios, en este sentido, no siempre se cumple.

Entonces, teniendo en cuenta estos y muchos otros pasajes de la Biblia, concluyo que hay dos formas de hablar acerca de la voluntad de Dios. Ambas son verdaderas e importantes, y para nosotros es esencial comprenderlas y creer en ellas. Por tanto, podríamos referirnos a la voluntad de Dios como: la voluntad decretada de Dios (o su voluntad soberana), o: la voluntad de sus mandamientos. La voluntad de sus decretos, siempre se cumple, ya sea que creamos en ella o no. La voluntad de sus mandamientos puede ser quebrantada, y ocurre todos los días.

LO PRECIOSO DE LA VERDAD DE DIOS

Antes de relacionar este tema con Romanos 12:2, permítanme comentarles acerca de lo preciosa que son estas dos verdades. Ambas corresponden a una necesidad profunda que todos tenemos cuando estamos profundamente heridos, o experimentamos una gran pérdida. Por un lado, necesitamos tener la seguridad de que Dios es quien tiene el control y que, por tanto, es capaz de hacer que todo nuestro dolor obre para nuestro bien y para el bien de todos los que aman a Dios. Y por otro, necesitamos saber que Dios se identifica con nosotros y no se deleita en el pecado ni en el sufrimiento que este ocasiona. Estas dos necesidades humanas se corresponden con la voluntad de Dios decretada y con la voluntad de Dios respecto a sus mandamientos.

Por ejemplo, si una persona fue terriblemente abusada en su niñez, y alguien nos pregunta: «¿Cree usted que fue voluntad de Dios que ocurriera ese incidente?» Entonces ahora podemos comprender con un sentido bíblico todo lo antes expuesto, y podemos dar una respuesta que no contradiga la Biblia. Podríamos decir: «No, no fue la voluntad de Dios; porque él manda que no seamos abusivos, sino que nos amemos los unos a los otros. El abuso quebrantó su mandamiento y por tanto provocó ira y dolor en su corazón (Marcos 3:5)». Pero en otro sentido, pudiéramos responder: «Sí, fue la voluntad de Dios (su voluntad soberana), porque hay cientos de formas en las que pudo detener aquel abuso. Pero por razones que todavía no logro comprender del todo, no lo hizo».

Y usted, en correspondencia a estas dos voluntades, necesita que se cumplan dos condiciones.: Una es un Dios que sea lo suficientemente fuerte y soberano como para convertir esta situación en un bien; y la otra es un Dios que sea capaz de identificarse con nosotros. Por un lado, YEHOSHÙA es el Rey Supremo y Soberano, y nada ocurre sin su consentimiento (Mateo 28:18). Por otro lado, Cristo es nuestro Sumo Sacerdote y se identifica con nosotros en nuestras debilidades y en nuestro dolor (hebreos 4:15). El Espíritu Santo, cuando quiere, nos conquista conjuntamente con nuestros pecados (Juan 1:13; Romanos 9:15-16); y cuando quiere, permite que lo apacigüemos, lo agraviemos, y que lo enojemos (Efesios 4:30; 1ra a los Tesalonicenses 5:19). Su voluntad soberana es invencible, y su voluntad respecto a sus mandamientos puede ser dolorosamente quebrantada.

Necesitamos estas dos condiciones (estas dos interpretaciones de la voluntad de Dios) no solo para encontrarle sentido a la Biblia, sino también para aferrarnos firmemente a Dios en el sufrimiento.

¿A CUÁL DE ESTAS DOS VOLUNTADES ESTÁ HACIENDO REFERENCIA ROMANOS 12:2?

Ahora bien, ¿a cuál de estas dos voluntades se refiere Pablo en Romanos 12:2 (“Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto”)? De seguro que la respuesta es que Pablo se refiere a la voluntad de Dios respecto a sus mandamientos. Hay, al menos, dos razones para esta respuesta: Una es que Dios no tiene la intención de que conozcamos mucho de su voluntad soberana antes de tiempo. “Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios, mas las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros” (Deuteronomio 29:29). Si queremos conocer los detalles futuros de la voluntad de Dios en cuanto a lo que él decreta, lo que deseamos no es una mente renovada, sino una bola de cristal; lo cual no se llama transformación ni obediencia, sino adivinación o pronóstico del futuro.

La otra razón por la que digo que Romanos 12:2 se refiere a la voluntad de Dios respecto a sus mandamientos, es que la frase “para que verifiquéis” implica que primero debemos aprobar la voluntad de Dios, y después obedientemente hacerla. Pero, de hecho, no debemos aprobar el pecado, ni practicarlo, aunque sea parte de la voluntad soberana de Dios. El significado de Romanos 12:2 (al que Pablo se refiere) aparece parafraseado, casi exactamente en hebreos 5:14, donde dice: “Pero el alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal” (En Filipenses 1:9-11 también encontramos otra paráfrasis). Aquí está el objetivo de este versículo: no debemos escudriñar cuál es la voluntad secreta de Dios que él planea hacer, aunque esta pueda ser manifestada a nosotros, sino discernir cuál es la voluntad revelada de Dios que nosotros debemos cumplir.

TRES ETAPAS PARA CONOCER Y HACER LA VOLUNTAD REVELADA DE DIOS

Hay tres etapas en el hecho de conocer y hacer la voluntad revelada de Dios, o sea, lo que Dios nos manda hacer; y todas ellas requieren una mente renovada, con el discernimiento que mencionamos anteriormente, el cual es otorgado por el Espíritu Santo.

Primera Etapa

Primero, la voluntad de Dios respecto a sus mandamientos está revelada con una autoridad suprema y decisiva, solo en la Biblia. Y necesitamos tener una mente renovada para comprender y aceptar lo que Dios ordena en las Escrituras. Sin una mente renovada, distorsionáremos las Escrituras para evitar sus radicales mandamientos acerca de la abnegación, el amor, la pureza, y la suprema satisfacción que solo hay en Cristo. La voluntad autoritaria de Dios respecto a sus mandamientos, se encuentra solamente en la Biblia. Pablo dice: “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia” (2da de Timoteo 3:16). No solo es útil para preparar al hombre para algunas buenas obras sino “para toda buena obra”. ¡Cuánta energía, tiempo, y devoción debemos emplear, los cristianos, en la Palabra escrita De Dios!

Segunda Etapa

La segunda etapa de la voluntad de Dios respecto a sus mandamientos, es nuestra aplicación de la verdad bíblica a situaciones nuevas, que pueden o no aparecer referidas en la Biblia. La Biblia no nos dice con quién casarnos, o qué auto manejar, o si debemos adquirir una casa, o dónde pasar nuestras vacaciones, qué teléfono celular debemos comprar, o qué clase de jugo de naranja tomar. Y así, otros miles de decisiones que debemos tomar.

Lo que necesitamos tener es una mente renovada, que esté tan moldeada y que sea tan gobernada por la voluntad de Dios revelada en la Biblia, que seamos capaces de ver y valorar toda circunstancia relevante con la mente de Cristo; y discernir qué es lo que Dios nos está llamando a hacer. Esta actitud es muy diferente a estar constantemente tratando de escuchar la voz de Dios diciéndonos qué debemos hacer. Las personas que tratan de guiar sus vidas escuchando voces, no están en concordancia con Romanos 12:2.

Existe una enorme diferencia entre: orar y trabajar por una mente renovada que discierna cómo aplicar la Palabra de Dios (por un lado) y el hábito de pedirle a Dios que nos dé una nueva revelación sobre qué debemos hacer (por otro lado). La adivinación no requiere transformación. Lo que Dios quiere que tengamos es una mente renovada, una nueva forma de pensar y juzgar, y no simplemente información nueva. Su objetivo es que seamos transformados, santificados, libertados, por medio de la verdad de su Palabra revelada (Juan 8:32; 17:17). De modo que la segunda etapa de la voluntad Dios respecto a sus mandamientos, es el discernimiento necesario para aplicar las Escrituras a las nuevas situaciones de la vida, mediante una mente renovada.

Tercera Etapa

Finalmente, la tercera etapa de la voluntad de Dios respecto a sus mandamientos se refiere a la gran mayoría de las veces que actuamos en la vida sin una reflexión consciente antes de actuar. Me arriesgaría a decir que un buen 95 % de nuestro comportamiento no es premeditado. O sea, la mayoría de nuestros pensamientos, actos, y acciones son espontáneas. Son simplemente un desbordamiento de lo que tenemos dentro. YEHOSHÙA dijo: “[…] Porque de la abundancia del corazón habla la boca.  El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas. Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio” (Mateo 12:34-36).

¿Por qué hago referencia a esta parte de la voluntad de Dios en cuanto a los mandamientos? Por una razón. Porque Dios dice mandamientos tales como: «No se enoje. No sea orgulloso. No codicie. No esté ansioso. No sea celoso. No envidie». Y ninguna de esas acciones (la ira, el orgullo, la codicia, la ansiedad, los celos y la envidia) son premeditadas, simplemente salen del corazón sin reflexión o intención consciente. Y a causa de ellas, somos culpables. Esas acciones quebrantan la voluntad de Dios.

Por tanto, ahora queda claro que tenemos una gran tarea en la vida cristiana: Ser transformados mediante la renovación de nuestras mentes. Necesitamos nuevos corazones y nuevas mentes. Hagamos que el árbol sea bueno, y sus frutos serán buenos (Mateo 12:33). Aquí tenemos el gran desafío. Dios nos está llamando a ser transformados de esa manera. No podemos lograrlo por nosotros mismos. Necesitamos a Cristo, quien murió por nuestros pecados. Y necesitamos al Espíritu Santo para que nos guíe a la verdad que exalta a Cristo, y para que obre en nosotros la humildad que nos permite aceptar esta verdad.

Entreguémonos a esta realidad. Sumerjámonos en la Palabra escrita de Dios; saturemos nuestras mentes en ella. Y oremos para que el Espíritu de Cristo nos haga tan nuevos que nuestro crecimiento sea bueno, agradable, y perfecto (para que sea conforme a la voluntad de Dios).

YEHOSHÙA dejó claro que sus acciones dependían de la VOLUNTAD DEL PADRE, La sanidad del paralitico de Bethesda, además de su cumplimiento profètico , estaba enmarcada en los MANDAMIENTOS DEL PADRE. Por lo tanto, lo que los fariseos querían hacer ver, que YEHOSHÙA era un transgresor de LA TORAH estaba basada en un juicio injusto enmarcado en interpretaciones, tradiciones y mandamientos de hombres, no según su VOLUNTAD revelada en LAS SAGRADAS ESCRITURAS. YEHOSHÙA no hacia nada que no estuviera en armonía con LA VOLUNTAD DEL PADRE.

NOS VEMOS EN EL PREAMBULO DE LA BODA DEL CORDERO, VESTIDOS DE LINO FINO RESPLANDECIENTE…….

 
 
 

Commenti


Post: Blog2_Post

Subscribe Form

Thanks for submitting!

04160276048

  • Facebook
  • Twitter
  • LinkedIn

©2018 by MENSAJES ANTIVIRALES. Proudly created with Wix.com

bottom of page