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HAS PROBADO A LOS QUE DICEN SER APOSTOLES Y NO LO SON. MENSAJE A LAS 7 IGLESIAS, EFESO 5

  • LA VERDAD EN YESHÚA
  • 11 mar 2019
  • 14 Min. de lectura

HAS PROBADO A LOS QUE DICEN SER APOSTOLES Y NO LO SON. MENSAJE A LAS 7 IGLESIAS, EFESO 5

En este capitulo vamos hacer alusión a 2 artículos, para al final dar mi opinión al respecto:

En Apocalipsis 2:2 se lee:

“Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;”

Es decir que la impostura de los que “dicen ser apóstoles”, y no lo son, viene de lejos. Los apóstoles son – junto con los profetas – los fundamentos de la comunidad de Yeshúa. En el capítulo 21 de Apocalipsis se describe la Nueva Jerusalem con 12 (doce) fundamentos uno por cada apóstol. Hoy estamos en el fin de la edad de la “congregación”, es decir en el tejado. No se puede poner cimientos en el tejado. Hay que estar ciego para querer hacerlo.

En Apocalipsis 11:18 se habla de cuál es la clasificación que Nuestro Maestro ve desde el cielo en estos días previos a su venida:

“Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes”

Hay: 1) profetas y 2) santos que andan en el temor de Elohim; grandes y pequeños.

Que cada cual se ponga el sayo que le corresponda. Pero apóstoles – en la venida de Nuestro Maestro – no hay.

Los 12 apóstoles fueron elegidos luego de una noche de oración por Nuestro Maestro. Vale la pena leer este pasaje:

Elección de los doce apóstoles

(Mt. 10.1-4; Mr. 3.13-19)

“En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Elohim. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles: a Simón, a quien también llamó Pedro, a Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé, 15 Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón llamado Zelote, 16 Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor!

Lucas 6:12-15

¿A quiénes llamó “apóstoles” [shelijím = emisarios] Yeshúa?: pues a quienes escogió en aquella noche de oración. Solo a ellos y a dos excepciones a las que me refiero mas adelante. No está establecido en ningún lado que haya orado otra noche para escoger algunos más para reforzar el cuerpo apostólico elegido aquella noche. El apostolado surge – entonces – de una elección personal de Yeshúa a la que luego el ESPÍRITU SANTO confirma y reviste al que ha sido objeto de esa elección con los dones necesarios para cumplirla. . Pero sin esta elección inicial nadie puede ser “apóstol”/enviado de Yeshúa. No hay apóstoles “del ESPÍRITU SANTO”, sino solo apóstoles/enviados de Yeshúa revestidos por el ESPÍRITU SANTO. Los doce apóstoles fueron primero nombrados apóstoles/enviados personales por Yeshúa – menos Matías al que me refiero después – y cincuenta días después de la muerte de Nuestro Maestro fueron revestidos de poder de lo Alto (menos Judas que lo traicionó). Pero la elección personal – e intransferible – por parte de Yeshúa en una noche de intensa oración precedió al don del Espíritu. Así el voluble Pedro solo transformó su carácter en Pentecostés, no cuando fue nominado apóstol por Yeshúa. Es decir, del mismo modo que un soldado recibe armas de última generación para internarse solo en terreno enemigo, los apóstoles recibieron en esa ocasión sus armas, las “señales de los apóstoles”:

“Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros” (2 Corintios 12-12)

Esto es, poder del Espíritu de muchos tipos: palabra infalible de parte de Yeshúa, – la doctrina de los apóstoles – sanidad, resurrección de muertos, señales prodigiosas… Pero el apostolado es primero una encomienda: “id a las ovejas perdidas de la casa de Israel”. Y esta encomienda incluye edificar los fundamentos de la comunidad de Yeshúa en aquellos lugares a donde son enviados, nombrar sus autoridades, resguardar su doctrina de desvíos, edificar el carácter de los santos etc.

Ahora bien, los apóstoles tuvieron ayudantes o hermanos íntegros y dedicados que anduvieron con ellos que – eventualmente – tenían su autoridad para edificar y redargüir en justicia, eran hermanos que conocían en profundidad la “doctrina de los apóstoles” podríamos llamarlos “varones apostólicos” pero es un exceso llamarlos apóstoles en igualdad de condiciones con los electos por el Cordero.

El apóstol Pablo también recibió una misión personal de parte de Yeshúa, como los once – en el camino a Damasco. Y también a él Nuestro Maestro le especificó el ámbito de su misión:

” El Maestro le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel”; Hechos 9:15

Es decir, tendría que predicar en el terreno que no le había sido encomendado a los otros 12: a gentiles y a reyes, y también dar una mano en la predica a los “hijos de Israel” (las “ovejas perdidas”) que fue el colectivo principal a quien fueran enviados los apóstoles. (Hechos 10:36). Esa era la encomienda apostólica para Pablo, de nuevo es una encomienda personal de Yeshúa. Y ella fue confirmada en el relato de su encuentro con las columnas de la comunidad nazarena en Jerusalem que el apóstol Pablo relata en Gálatas. Allá quedo establecido bien claro la división de tareas: el predicaría a los de la “incircuncision” en tanto que Pedro “y los once” predicarían a los de la “circuncisión”. (Los “hijos de Israel”). Es muy claro ese pasaje. (Nota 1)

En el caso del apóstol que debía de sustituir a Judas hay una variante en el formato de su elección pero que nos afirma aun mas en la imposibilidad de hoy nombrar apóstoles. En ese caso especial, el cuerpo apostólico se reunió y estableció los siguientes pre-requisitos para poder ser sometido a la elección del Espíritu:

“ Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Maestro Yeshúa entraba y salía entre nosotros, comenzando desde la inmersión de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección.

Y señalaron a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías”.

Hechos 1:21-23

Es decir: para ser candidato a apóstol era requisito indispensable – si no se había sido elegido directamente por Él – haber acompañado el ministerio de Yeshúa de principio a fin, de modo de ser testigo presencial de su resurrección ante el mundo. Y solo dos discípulos cumplieron requisitos tan estrictos: Barsabás y Matias. ¿Pocos no?

No hay otra forma de ser nombrado apóstol/enviado de Yeshúa que una elección personal del Mesías de Israel (o, como en el caso de Matías, ser discípulo de integridad probada y “testigo ocular” – 2 Pedro 1:16 – de su ministerio). ¿Cómo pueden levantarse hoy apóstoles sin este requisito básico, por lo demás incumplible en nuestros días?

Ahora bien, en la confusión sobre estas cosas hay también un problema semántico, ya que apóstol significa “mensajero”. Si una congregación mandaba un mensaje a otra lo mandaba mediante un “mensajero” que debía de ser un hermano de buen testimonio con gran confiabilidad, esto era un “apóstol” – mensajero – de la congregación tal para la congregación cual. Es la misma palabra en griego, pero son cosas diferentes.

También en nuestros días se habla por ejemplo de José Martí como el “apóstol de Cuba”. Y era masón. Y muchas veces se utiliza esa palabra para indicar a alguien que defendió con celo hasta la muerte un ideal. Y pueden haber sido personas de gran entrega personal, pero convengamos que no fueron apóstoles del punto de vista bíblico. Es decir, hay una confusión semántica y un exceso del lenguaje vinculado a esta palabra.

(https://sendaantigua.net/has-probado-a-los-que-dicen-ser-apostoles/).

Qué es ser Apóstol:

El término apóstol proviene del griego Απόστολος, que significa enviado. Un apóstol es un propagador o un predicador de la doctrina bíblica, de la fe cristiana y del Poder y del Amor de Dios, es un evangelizador que tiene la misión de predicar de YESHÚA, Su obra Redentora, Su vida, Su muerte y Su resurrección.

A cada uno de los doce principales discípulos escogidos por YESHÚA para predicar y propagar el Evangelio (en griego, buena noticia) por todo el mundo se les llama Apóstoles (con mayúscula).

Según los evangelios, que son libros escritos por algunos discípulos de YESHÚA sobre Su vida, estos fueron los Apóstoles designados por Jesucristo: Simón Pedro, Santiago el Mayor, Andrés, Juan, Felipe de Betsaida, Bartolomé, Tomás, Mateo, Santiago el Menor, Judas Tadeo, Simón y Judas Iscariote, este último fue sustituido por Matías después del suicidio de Judas y la Ascensión de Jesús.

Pablo de Tarso y Bernabé también fueron Apóstoles aunque no fueron directamente llamados por YESHÚA cuando Él estaba en la Tierra, sino posteriormente. Todos ellos tenían la misión de expandir el Reino de Dios, y además de predicar el Evangelio, realizaban diferentes prodigios, señales y milagros, como sanar a los enfermos, resucitar, echar fuera demonios, etc.

Algunas religiones o denominaciones cristianas creen que existen apóstoles en la actualidad, por ejemplo la denominada Iglesia Nueva Apostólica, o la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que posee un Quórum de los Doce Apóstoles que están presentes en la actualidad.

En general, se llama apóstol a cualquier persona que se dedica a propagar una idea política y social, o a predicar una doctrina o una creencia religiosa.

Veamos otro artículo:

“Su elección

“Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios” (2 Co.1:11). Un apóstol es un mensajero espiritual puesto en el oficio; significando así que no es por la voluntad de hombre, sino por la designación expresa de Jesucristo, y esto ha de extenderse a cada oficio en la Iglesia Cristiana, que sea puesto por la voluntad de Dios, ya sea por Su Palabra expresa como fue en aquella época, o escrita como sería ahora. Tratándose de un apóstol, significa que el mensaje dado vino directamente de Cristo, siendo enseñado por Él en gloria, escogido y dotado de dones extraordinarios para enseñar el evangelio. Por eso, cada uno debe averiguar bien quién le escogió, porque si una hoja del campo no cae a tierra sin Su voluntad, mucho menos desempeñar el oficio de apóstol que es de mucho más trascendencia. Aquellos fueron escogidos y nominados por Cristo: “Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y de ellos escogió a doce, a quienes también llamó apóstoles” (Lc. 6:13). El Señor Jesús es el único que tiene autoridad dada por Dios para hacer apóstoles.

El número de los mensajeros escogidos para que anunciasen primero sus enseñanzas fueron doce, y no más. Algo notorio en el texto es que el título de apóstol fue dado por el mismo Cristo en persona, o que en el Cristianismo nadie puede dar a otro o a sí mismo este título. Nótese la importancia y énfasis del texto: por un lado, que no fue ni siquiera por oración de hombre, sino por las oraciones inmediatas del Hijo al Padre, y el Padre le concedió escoger de entre Sus discípulos a los apóstoles: “Aconteció en aquellos días que Jesús salió al monte para orar, y pasó toda la noche en oración a Dios” (Lc. 6:12). Por otro lado, que el nombre fue dado de manera directa por Jesús: “A quienes también llamó apóstoles”. Fue el mismo Señor Jesús quien les dio ese título. Ellos fueron apóstoles de Cristo, porque uno sólo es apóstol de Dios: Jesucristo. Eso es lo que dice Saulo: “Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios” (2Co. 1:1). Fue su costumbre acentuar el oficio: “Y a vosotros los gentiles digo: Por cuanto yo soy apóstol de los gentiles, honro mi ministerio” (Ro.11:13). Honrar algo es destacarlo, magnificarlo; sólo a ellos les fue dado hacer eso: eran los únicos apóstoles. Todos los cristianos son siervos de Dios, pero no todos son apóstoles.

El primero es un llamado ordinario, y el de apóstol, extraordinario: “Nadie toma esta honra para sí, sino porque ha sido llamado por Dios” (He. 5:4). Debe haber un llamado. Jesús mismo no predicó públicamente hasta que fue declarado por el Padre como el profeta del mundo, y aun Él necesitó confirmación del cielo como ungido por el Padre para su ministerio público como ministro de Dios. No estamos diciendo que no podemos predicar de manera pública o privada el evangelio. No; lo que significamos es que nadie puede ser llamado ministro del Evangelio o pastor hasta que haya un llamado divino, conforme a las Escrituras, y confirmado por una Congregación local, teniendo como instrumento el sometimiento incondicional a la Palabra de Dios, las Santas Escrituras. En todo el NT no hay prescripción alguna que indique cómo una iglesia local pudiera elegir un apóstol de Cristo para toda época posterior a aquella que era apostólica. Hay norma bíblica de cómo elegir pastores y diáconos, pero no apóstoles.

Sus cualidades

Las cualidades de un apóstol empezaban con un llamado personal y extraordinario por parte de Cristo, y en su desempeño tuvieron manifestaciones externas que testificaban de su apostolado: “Porque el que actuó en Pedro para hacerle apóstol de la circuncisión actuó también en mí para hacerme apóstol a favor de los gentiles” (Gál. 2:8). Ellas eran:

Fidelidad en las enseñanzas, y a menos que permaneciera con esa fidelidad, no importaba cualquier otra señal que hiciese para demostrar su apostolado, sin esto era anatema: “Aun si nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gál. 1:8).A esto se agrega la eficacia en predicar el Evangelio: “Si para otros yo no soy apóstol, ciertamente para vosotros lo soy, porque vosotros sois el sello de mi apostolado en el Señor” (1 Co. 9:2).Otra cualidad fue el poder de hacer milagros: “Las señales de apóstol han sido realizadas entre vosotros con toda paciencia, con señales, prodigios y hechos poderosos” (2 Co. 12:12). Eran señales para indicar su procedencia divina; prodigios por el efecto que producían, y hechos poderosos porque eran manifestación de poder celestial extraordinario. El poder de obrar milagros era tan evidente, y en ocasiones lo hacían sin siquiera orar.Otra cualidad apostólica fue el poseer una conversación y conducta piadosa: “Más bien, en todo nos presentamos como ministros de Dios: en mucha perseverancia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias” (2 Co. 6:4).

La idea es que los apóstoles tuvieron suficientes medios para convencer al mundo de la certeza de las doctrinas cristianas: “Nosotros somos testigos de estas cosas, y también el Espíritu Santo que Dios ha dado a los que le obedecen” (Hch. 5:32). Será muy notorio en el Nuevo Testamento que los apóstoles siempre señalaron en sus cartas su oficio, y uno se pregunta el porqué. Lo hicieron así como un medio para disminuir a los intrusos. Todavía hoy hay hombres intrusos que se proclaman a ellos mismos como apóstoles de Cristo sin serlos. Pablo fue acusado no pocas veces de no ser un verdadero apóstol, pero siempre se defendió de tales calumnias. Mire una de esas defensas: “¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿Acaso no he visto a Jesús nuestro Señor? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?” (1Co. 9:1). Era indispensable que todo verdadero apóstol haya visto al Señor Jesucristo. Sin estos signos, nadie puede ser considerado y obedecido como apóstol, sin haber apostatado de Dios. Así que, se ha dado respuesta a la pregunta, ¿qué es un apóstol de Jesucristo? Es un varón Creyente elegido personalmente por el Señor Jesús, y dotado con cualidades espirituales extraordinarias para anunciar las glorias del evangelio de Dios. (https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/que-es-un-apostol-de-jesucristo/).

Los artículos anteriores presentan una visión del ministerio apostólico, lejos de crear polémica al respecto, lo que ha creado una distorsión no solo de este sino de todos los ministerios es que la iglesia de hoy día los toma como títulos, que colocan en una situación de honorabilidad a los que son investidos por ellos. Esto por supuesto, deja a un lado el propósito para los que fueron llamados y es severamente reprochado por YESHÚA mas adelante en el mensaje a las 7 iglesias.

Hay que tener bien claro que DIOS, puede levantar cualquiera de los ministerios cuando EL desee. CRISTO puede constituirlos cuando EL desee, en cualquiera de los casos hay que tener algunos aspectos en cuenta.

Pablo dijo en una oportunidad, cuando llevo el evangelio a la ciudad griega de Corinto, que para mí resume como debe ser la iglesia apostólica: "Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría, pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. 1 Corintios 2:1-5.

Siendo que todo ministerio es constituido por CRISTO, se debe solo al EL y debe presentarlo solo al EL. Pablo era un hombre muy sabio en el judaísmo y con una amplia preparación en lo que hoy día llamamos teología, sin embargo EL entendía muy bien que su llamamiento no dependía de ello. El presentaba a YESHÚA, su crucifixión, su resurrección, sus enseñanzas en el poder del ESPIRITU, teniendo en poco su propia preparación terrenal.

Muchas veces pensamos que el poder del ESPIRITU se limita a señales y prodigios. Este poder va mas allá, porque comienza con añadir a la iglesia los que han de ser salvos, regenerarlos, santificarlos y llevarlos a la estatura de la plenitud de CRISTO. Los apóstoles y todos los ministerios básicamente se movían dentro de ese perfil. Entendían que nada de eso podía ocurrir con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino a través de las sanas enseñanzas de YESHÚA, su obra redentora y la labor del ESPIRITU, entre otras cosas, eso determinaba que eran apóstoles genuinos.

La iglesia de hoy día ha tomado los ministerios como títulos dignos de ser reverenciados, mas ese no era el sentir de la iglesia apostólica, un ministro es un servidor de DIOS y de la iglesia. YESHÚA enseñó que EL no vino para ser servido, sino para servir y nos ordenó a actuar de la misma manera:

Mateo 20:25-28

25 Entonces YESHÚA, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad.

26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,

27 y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo;

28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

Un ministro genuino de YESHÚA debe tener bien claro este concepto, cualquier ministerio debe partir de este punto, de lo contrario estaría contraviniendo las enseñanzas de su MAESTRO.

No hay nada más fácil de detectar un falso ministro o una falsa enseñanza, solo basta con preguntarse: ¿que enseñó YESHÚA?, es por ello que el neo pentecostalismo y en general los falsos maestros, dan poca prioridad a las enseñanzas dadas por YESHÚA, ya que fácilmente serian puestos al descubierto. Obviamente hacen lo mismo con las enseñanzas apostólicas que son una extensión de lo dicho por YESHÚA, cuando hacen alusión algunas de ellas, lo hacen de manera aislada pero nunca en el contexto del ESPIRITU.

Mencionemos algunas características de la iglesia apostólica:

1.- Llena del Espíritu Santo. Esto abarca todo el ministerio del ESPIRITU SANTO DE DIOS, no se limitaba a señales y prodigios. 2.- Sensible a la voz del Espíritu santo. Siempre estaba atenta a corrección del ESPIRITU, en todas sus facetas. Un ejemplo de ello:

Hechos 15:28-30

28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:

Hechos 16:6

Pasaron por la región de Frigia y Galacia, habiendo sido impedidos por el Espíritu Santo de hablar la palabra en Asia 3.- Evangelizadora a gran escala. 4.- No se doblego a pesar de tener a un imperio poderoso en contra. 5.- Los cinco ministerios se movían libremente: Apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros trabajando juntos por la edificación del cuerpo de Cristo. 6.- Los dones del Espíritu (milagros, fe, sanidad, palabra de sabiduría, palabra de ciencia, discernimiento de espíritus, lenguas, interpretación de lenguas y profecías) fluían libremente. 7.- La iglesia del Señor tenía un fin común, servir a Cristo y no a posiciones personales. 8.- El Espíritu de Dios es el que comanda todas las acciones del cuerpo de Cristo. 9. Todo se movía por el amor.

Para mas detalles acerca de los dones lee y medita en la primera carta de Pablo a los Corintios capítulos 12 al 14, Libro de los Hechos y primera carta de Juan.

En fin pienso que es irrelevante la vigencia o no de algún ministerio en nuestros días, puesto que EL ETERNO hace como EL quiere y cuando quiere, lo importante aquí es la genuinidad del mismo. Entre otras cosas, Si alguien dice ser llamado por YESHÚA, es portador de SUS ENSEÑANZAS, reconoce el ministerio actual del ESPIRITU SANTO EN LA IGLESIA y es reconocido como tal por la iglesia, podríamos estar ante un enviado genuino de DIOS.

La iglesia de Éfeso sabía reconocerlos y esto fue elogiado por YESHÚA.

NOS VEMOS EN EL PREAMBULO DE LAS BODAS DEL CORDERO VESTIDOS DE LINO FINO RESPLANDECIENTE.

 
 
 

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