LA HISTORIA DE LOS JUECES DE ISRAEL Capitulo 1El Libro de los Jueces contiene la historia del periodo transcurrido entre la muerte de Josué y la judicatura de Samuel, o sea, hasta la implantación de la monarquía. Llámese Libro de los Jueces porque sus protagonistas desempeñaban el cargo de jueces, que era idéntico con el cargo de gobernar y reinar, pues en todo el Antiguo Testamento juzgar es sinónimo de reinar. Fueron en realidad los caudillos del pueblo de Israel en el periodo indicado. Dios solía llamarlos directamente en tiempos de suma necesidad, para que librasen a su pueblo de sus opresores. Una vez oprimidos los enemigos, seguían desempeñando, por regla general, las funciones de gobernantes, sea en su tribu, sea en todo el pueblo. Debemos tener muy presente que éstos fueron puestos por Dios, como se ve en el discurso de Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia (Hch. 13, 20),La historia de Israel durante los 14 jueces, describe una serie de caídas en la idolatría por parte del pueblo de Dios, seguidas por invasiones de la Tierra Prometida y la opresión causada por sus enemigos. La narración se centra alrededor de las personalidades de los jueces que fueron levantados para ser libertadores de Israel. Con el nombre de jueces (hebreo, shofetim) se designa en el AT a una serie de personajes que se esforzaron por dirigir al pueblo y mantenerlo a salvo de la hostilidad y el dominio de sus vecinos. Estos personajes vivieron durante el período comprendido entre la muerte de Josué y los años inmediatamente anteriores al inicio de la monarquía de Israel (s. XIII-XI a.C.). Más que jueces en el sentido estricto de administradores de la justicia, eran héroes que de modo ocasional guiaron a las tribus israelitas en su lucha por permanecer en los territorios conquistados (2.16).De hecho, la raíz verbal de donde procede el sustantivo hebreo traducido por juez encierra también los significados de guía, dirección y gobierno. Y es muy probable que la idea de gobernar sea la original, y que de ella se haya derivado la de juzgar, dado que la judicatura es una responsabilidad inherente al gobernante o al aparato de gobierno.El libro de Jueces (=Jue) narra algunas de las acciones de guerra en las que aquellos héroes acaudillaron a una o más de las tribus de Israel. En situaciones difíciles, cuando enemigos externos hicieron peligrar la supervivencia del pueblo en Canaán, «Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró» (3.9). Aunque el carácter militar de estos jueces ed evidente, el libro pone de relieve que todos ellos actuaron como instrumentos del Señor, suscitados y movidos por su Espíritu para llevar a cabo una misión especial, en un preciso momento y por un tiempo limitado. En las hazañas que realizaron se reveló siempre el poder de Dios, que, pese a las frecuentes actitudes reprobables de los israelitas, nunca dejó de cuidarlos con solicitud paternal y de sostenerlos para que no sucumbieran víctimas de sus vicisitudes.En la descripción de estos personajes no existe un patrón común de identificación. Así, Débora se distingue como una profetisa que, al pie de una palmera, gobierna al pueblo y atiende a quienes solicitan su mediación en casos de litigio (4.4–5); Gedeón es un campesino de humilde extracción social (6.11); Jefté, hijo de una prostituta, capitaneó, al parecer, una banda de malhechores (11.1,3); y Sansón, el joven celebrado por su excepcional fortaleza física (16.3), no sabe resistirse a los encantos de una mujer filistea (16.17)Los Jueces que gobernaron Israel son:OTONIEL: (JUE 3:7-11):AOD: (JUE 3:15)SAMGAR: (JUE 3:31)DÉBORA (Y BARAC): (JUE 4-5)GEDEÓN: (JUE 6-8)ABIMELEC: (JUE 9:1)TOLA: (JUE 10:1)JAIR: (JUE 10:3)JEFTÉ: (JUE 10:6-12:7)IBZÁN: (JUE 12:8)ELÓN: (JUE 12:11)ABDÓN: (JUE 12:13)SANSÓN: (JUE 13-16)SAMUEL: (1SAM 7:15)OTONIEL: (JUE 3:7-11):Otoniel (en hebreo: ןב לאינתע זנק, cuyo primer nombre significa "león de Dios") es el primer juez de Israel.
Cuando Caleb promete la mano de su hija Acsa al que conquiste la tierra de Debir, Otoniel acepta el reto, conquista la ciudad y se convierte así en el yerno de Caleb (Jos 15:16, 17; Jue. 1:13).
¿ Quien era Caleb?
Caleb, hijo de Jefone el quenezeo, de la tribu de Judá, es una importante figura en la Biblia hebrea. Se destaca por su fe en Dios cuando numerosos hebreos se opusieron a entrar a la Tierra Prometida.
Cuando los hebreos llegaron a las inmediaciones de Canaán, la tierra que Dios les había prometido, luego de haber huido de la esclavitud en Egipto, Moisés envió doce exploradores, uno por una de las tribus, a Canaán para investigar y explorar. Diez de los espías regresaron y explicaron que sería imposible tomar el control de esa tierra, y que allí vivían gigantes que aniquilarían al ejército hebreo. Sólo dos espías, Josué de la tribu de Efraín y Caleb de la tribu de Judá, regresaron y manifestaron que Dios les ayudaría a que la nación hebrea se asentara en Canaán.Josué y Caleb fueron los únicos exploradores que trajeron un informe alentador acerca de la tierra de promisión; ambos sobrevivieron la larga travesía por el desierto y pudieron entrar en Canaán, como premio por su fe en Dios. Esta historia es narrada por el texto bíblico en el Libro de los Números. Según el texto bíblico, durante la repartición de la Tierra de Promisión, Caleb fue bendecido por Josué, recibiendo Hebrón como heredad y la tierra descansó de la guerra.
Caleb no es el nombre más conocido en la Biblia. Su historia es una de desilusión y sueños aplazados, sin embargo, Caleb es un ejemplo poderoso de perseverancia, fe y de resistir fuertemente hasta el final. Siendo una de las dos únicas personas que creyeron que Dios podía dar la tierra prometida a los israelitas, fue grandemente sobrepasado por toda una generación temerosa. Teniendo que esperar en el desierto por cuarenta años, Caleb vio por fin la promesa de Dios cumplida con 85 años de edad.
Para tener presente el ambiente y contexto en el cual se desarrolla nuestra historia, tenemos que saber que ésta empieza en el desierto. Allí se encontraba el pueblo de Israel después de su salida de la esclavitud egipcia. Era un pueblo muy numeroso. Se calcula que pudieron ser más de dos millones de personas. En el monte Sinaí recibieron la Ley de parte de Dios mismo y luego siguieron en dirección a la tierra de Canaán, la tierra que Dios les había prometido. En el trayecto, el pueblo se rebeló varias veces contra Dios, se quejó y le hizo la vida imposible a Moisés, su líder. Al fin llegan a las puertas de la tierra prometida, por el sur, a una localidad llamada Cades-barnea. Desde allí el pueblo quiere enviar espías para averiguar cómo era la tierra que iban a conquistar. Se elige un hombre por cada tribu, y por la tribu de Judá se elige a Caleb.
Ellos tenían la misión de verificar cómo era la tierra respecto a su fertilidad y también con relación a los pueblos que allí habitaban, su fuerza y sus ciudades. Así lo hicieron y después de cuarenta días volvieron con muestras de los frutos de la tierra. El relato que dieron estos hombres a Moisés y al pueblo, lo encontramos en Números 13:27 al 29, y fue el siguiente: “Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y éste es el fruto de ella. Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán“. Al fin llegaron cerca de la tierra que tanto habían anhelado, la cual tanto esperaban, pero cuyos obstáculos eran demasiado grandes para superarlos. Frente a esta sensación, le siguen dos formas diferentes de reaccionar, como leemos en Números 13:31 al 33: “Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos“.
Pero en medio de un clima enrarecido por la incredulidad, la desazón y la rebelión, en Números 14:30 vemos que surge un hombre que busca cambiar la expectativa de un pueblo entero:“Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos“.
Pero el pueblo sólo asimila el relato derrotista de los diez espías. En los vs. 1 al 4 vemos que la reacción frente a sus palabras fue impresionante, porque: “Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto“.Frente a esta actitud derrotista, se nos relata en los vs. 6 al 9 que Caleb y Josué “…rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis”.¡Qué palabras tan valientes! ¡Qué actitud tan diferente a las demás! Caleb, por su forma de ser y de actuar, llegó a ocupar un lugar de trascendencia y liderazgo dentro del pueblo, permaneciendo en integridad.Entonces, ¿qué podemos aprender de la vida de Caleb?
Un final fuerte comienza con un comienzo fuerte. Mucha gente vive una mentalidad basada en el mañana. Después de este gran proyecto.., cuando los niños sean mayores.., cuando yo tenga más tiempo.., cuando me retire… entonces tendré el tiempo para hacer cosas buenas. Pero en realidad, si no estamos haciendo lo que Dios quiere que hagamos en el ahora, va a ser muy difícil empezar después. Caleb tenía una fe fuerte cuando era joven y esa fe lo mantenía vivo a pesar de los reveses y las decepciones.Caleb estaba comprometido. Una vida plenamente consagrada a Dios sin reservas. Caleb era completamente devoto a Dios.Cree en las promesas de Dios. Incluso cuando las cosas se veían sombrías, durante los 40 años en el desierto, Caleb nunca perdió la esperanza. Sin importar los contratiempos, Caleb se aferró a las promesas de Dios.Fue un ejemplo. Vemos en la historia de Caleb que su sobrino, quien participó luego en reclamar la tierra prometida, finalmente se convirtió en el primer juez de Israel. Uno nunca sabe quién está observando cómo respondemos a las dificultades y decepciones de la vida. Sea conocido por su fe inquebrantable y la búsqueda de la voluntad de Dios, incluso durante los tiempos difíciles.¡Qué ejemplo tan increíble es Caleb para los seguidores de YEHOSHUA! Mientras enfrentamos las dificultades de la vida, los reveses y las decepciones, nunca debemos perder el enfoque en las promesas de Dios. ¿Qué situaciones le están haciendo perder la fe? . Pidamos a Dios una fe como la que tuvo Caleb.¿QUE ENSEÑANZA PODEMOS SACAR DE ACSA Y DEBIR?Una vez conquistada Hebrón, Caleb sigue a Debir (Quiriat-sefer). Así como Hebrón, el enemigo había reocupado esta ciudad después de la victoria de Josué narrada en el capítulo 11. Había un galardón para tomar Debir. “Al que atacare a Quiriat-sefer, y la tomare, yo le daré mi hija Acsa por mujer”, Quiriat-sefer significa ‘ciudad del libro’. ¿Podemos sacar una lección de que hay un galardón para poseer la ciudad del libro? ¿Procuramos conocer el Libro, la Biblia? Acsa fue aquel galardón para tomar aquella ciudad, y David dice en Salmos que hay gran galardón para guardar la ley de Jehová. Fue Otoniel, descrito en el v. 17 como “hijo de Cenaz hermano de Caleb”, que tomó la ciudad. Él consideraba a Acsa como un galardón deseable y encabezó el ataque contra la ciudad para ganarla a ella. El padre da la esposa al esposo. En la Biblia llegamos a conocer al Señor Jesús, ¿pero Somos tan ejercitados como era este hombre para conocerla?Así como su padre, Acsa tenía ambiciones para bien y esperaba grandes cosas por fe en la promesa de Dios para la tierra. En el v. 18 ella dejó la tienda de su padre y fue a su esposo. Caleb les había prometido una tierra que recibía los vientos del sur, pero ella deseaba más. Quería fuentes de agua que regarían aquella tierra. Para dirigirse a su padre, “se bajó del asno” para hablar con él de una manera humilde.Buscaba una bendición, confiada en que su padre respondería favorablemente. Al ser preguntada, “¿Qué tienes?”, respondió: “Concédeme un don”. Comparamos esto con la solicitud de Caleb en el 14.12: “Dame, pues, ahora este monte”. Ella reconoció lo que ya había recibido pero tenía una solicitud específica. Recibió más de lo que pidió; habiendo pedido tan sólo fuentes, recibió las de arriba y las de abajo. Recibió un campo con pozos en la parte alta y en la parte baja. En esto tenemos una lección acerca de la oración. Cuando llegamos a nuestro Padre pidiendo una bendición, debemos pedir humildemente y esperar confiadamente que Él hará “mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos”.
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